
Rosácea y Telangiectasias

La rosácea es una afección crónica de la piel de origen desconocido que afecta a los vasos de la cara y cuyos síntomas incluyen enrojecimiento, ardor e irritación.
Inicialmente, los síntomas de la rosácea pueden ser intermitentes, y se manifiestan como rojeces difusas que gradualmente cubren las mejillas, el mentón, la nariz o el entrecejo.
Las rojeces pueden aumentar cuando el paciente entra en locales donde la temperatura ambiente es mayor que la del exterior. Las rojeces también pueden aumentar en determinadas circunstancias que generen emociones intensas o estrés.
A medida que progresa la rosácea, sobre estas rojeces aparecen dilataciones de vasos sanguíneos que se denominan “telangiectasias” y cuando se ramifican se las llama “arañas vasculares”.
Otras alteraciones vasculares tienen forma puntiforme y se las conoce como “puntos de rubí. Si las alteraciones vasculares son múltiples y dan aspecto de enrojecimiento difuso se le llama cuperosis, mientras que si se trata de malformaciones congénitas, es decir que aparecen en el nacimiento o poco después, por acumulo de numerosos pequeños vasos (capilares) se les llamará angiomas.
Un tipo de angiomas son las manchas en vino de Oporto, que aparecen en recién nacidos en cualquier parte del cuerpo y que no desaparecen espontáneamente.
El diagnóstico es fundamental para escoger el tratamiento adecuado para cada paciente.

![]() | Resultado natural |
![]() | Tiempo 30 min |
![]() | Leve inflamación |
![]() | Recuperación inmediata |
![]() | Duración 12 meses |
![]() | Evitar fotoexposición solar durante 14 días |




